lunes, 23 de febrero de 2015

Problema Social

Problema Social



Cerca del 80% del territorio nacional es forestal. Es decir, para producción de madera. Del total de tierras cultivables, el 1% de los productores acapara la tercera parte de las tierras fértiles del país. Mientras 375 mil pequeños agricultores carecen de tierras para cultivar. Además, cerca del 75% de los productos agropecuarios nacionales que el país consume, lo producen las y los pequeños productores agrarios. Las grandes empresas agropecuarias producen para exportar, sin dejar mayores beneficios para el país.

El principal problema agrario del país es que unos pocos acaparan grandes extensiones de tierras de cultivo, muchas veces improductivas (latifundios), y las grandes mayorías de campesinos escarban retazos de metros de tierra (minifundios) para alimentar el mercado nacional.

Esta inmoral distribución y tenencia de la tierra es la expresión de la voluntad política de las élites que desgobernaron y desgobiernan el país. Todos los intentos de reforma agraria que priorizaba la redistribución de las tierras fueron sistemáticamente truncados.

En el siglo XVI, cuando la Corona española, mediante la Ley de Indias, reconoció el derecho a la tierra de los pueblos indígenas en el “nuevo mundo”, los usurpadores de estas tierras hicieron caso omiso de aquella Ley. Luego, con los procesos de “independencia”, en el siglo XIX, se abolió la esclavitud y se abogó por el derecho a la tierra de las y los campesinos e indígenas. Pero estas iniciativas también fueron truncadas por los nuevos patrones criollos y mestizos.

En los siglos XIX y XX hubo varios intentos de redistribución de las tierras. Muestra de ello fue la inconclusa reforma agraria de 1962 que definió el carácter colectivo de las tierras en manos de las y los campesinos. Pero esta reforma postergó la tecnificación, los mercados, el financiamiento, las redes camineras, etc. del agro. Entonces, el agro continuó postergado, y el campesinado, empobrecido

Cerca del 80% del territorio nacional es forestal. Es decir, para producción de madera. Del total de tierras cultivables, el 1% de los productores acapara la tercera parte de las tierras fértiles del país. Mientras 375 mil pequeños agricultores carecen de tierras para cultivar. Además, cerca del 75% de los productos agropecuarios nacionales que el país consume, lo producen las y los pequeños productores agrarios. Las grandes empresas agropecuarias producen para exportar, sin dejar mayores beneficios para el país.

El principal problema agrario del país es que unos pocos acaparan grandes extensiones de tierras de cultivo, muchas veces improductivas (latifundios), y las grandes mayorías de campesinos escarban retazos de metros de tierra (minifundios) para alimentar el mercado nacional.

Esta inmoral distribución y tenencia de la tierra es la expresión de la voluntad política de las élites que desgobernaron y desgobiernan el país. Todos los intentos de reforma agraria que priorizaba la redistribución de las tierras fueron sistemáticamente truncados.

En el siglo XVI, cuando la Corona española, mediante la Ley de Indias, reconoció el derecho a la tierra de los pueblos indígenas en el “nuevo mundo”, los usurpadores de estas tierras hicieron caso omiso de aquella Ley. Luego, con los procesos de “independencia”, en el siglo XIX, se abolió la esclavitud y se abogó por el derecho a la tierra de las y los campesinos e indígenas. Pero estas iniciativas también fueron truncadas por los nuevos patrones criollos y mestizos.

En los siglos XIX y XX hubo varios intentos de redistribución de las tierras. Muestra de ello fue la inconclusa reforma agraria de 1962 que definió el carácter colectivo de las tierras en manos de las y los campesinos. Pero esta reforma postergó la tecnificación, los mercados, el financiamiento, las redes camineras, etc. del agro. Entonces, el agro continuó postergado, y el campesinado, empobrecido.


Centroamérica es una región difícil, donde quizá se     encuentran los países con mayores desigualdades del mundo. Así lo atestiguan los datos de los informes     anuales que redacta el Consejo Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos (CCPDH). Y   Honduras no es una excepción. Desde su independencia como colonias españolas hasta día de hoy, gran parte de estas naciones han ido cambiando de gobierno en gobierno tras golpes militares o revueltas sociales, buscando la forma más justa -o eficaz- de llevar el país hacia adelante y luchando contra la influencia de los poderes internacionales, sumidos en sus propias guerras y defendiendo sus propios intereses.

En el caso de Honduras, esta endémica y convulsa situación política ha generado diversos problemas sociales, como el analfabetismo, derivado de su modelo productivo basado prácticamente en la agricultura y la ganadería, o la alta mortalidad infantil. Asimismo, las tasas de corrupción y delincuencia superan con creces la de cualquier país desarrollado. Según los últimos datos, cada día se cometen dos homicidios en el país hondureño. Los problemas sociales de Honduras son muchos y atajarlos no es tarea fácil.
Centroamérica es una región difícil, donde quizá se     encuentran los países con mayores desigualdades del mundo. Así lo atestiguan los datos de los informes     anuales que redacta el Consejo Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos (CCPDH). Y   Honduras no es una excepción. Desde su independencia como colonias españolas hasta día de hoy, gran parte de estas naciones han ido cambiando de gobierno en gobierno tras golpes militares o revueltas sociales, buscando la forma más justa -o eficaz- de llevar el país hacia adelante y luchando contra la influencia de los poderes internacionales, sumidos en sus propias guerras y defendiendo sus propios intereses.

En el caso de Honduras, esta endémica y convulsa situación política ha generado diversos problemas sociales, como el analfabetismo, derivado de su modelo productivo basado prácticamente en la agricultura y la ganadería, o la alta mortalidad infantil. Asimismo, las tasas de corrupción y delincuencia superan con creces la de cualquier país desarrollado. Según los últimos datos, cada día se cometen dos homicidios en el país hondureño. Los problemas sociales de Honduras son muchos y atajarlos no es tarea fácil.

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